Heck

El bovino de Heck es una raza bovina lograda por selección artificial realizada en Alemanai en las décadas de 1920 y 1930 con el objetivo de recrear la forma salvaje de la cual se originaron las actuales razas de ganado bovino doméstico de Europa, es decir, al extinto uro europeo.

En 1920 los hermanos Lutz y Heinz Heck se propusieron ‘recrear’ al extinto uro europeo bajo la tesis de que los genes de este animal no se habían perdido del todo, pues llegaban a nuestros días ocultos en el material genético de sus descendientes: las razas vacunas domésticas, y sólo hacían falta algunos cruces de ejemplares de distintas razas de ganado vacuno que aporten cada característica del primitivo uro para, mediante una estricta selección artificial, y fijando estas características en las nuevas generaciones, hacerlos nuevamente aflorar y hacerse visibles, pudiéndose lograr finalmente el nacimiento de un uro, y de este modo el animal que se creía perdido volvería a la vida. El resultado fue la aparición del bovino de Heck, y para los más entusiastas: el «uro de Heck», una nueva raza grande, robusta, de largos cuernos y pelo negro o castaño que en el siglo XXI puede verse en distintos zoológicos del mundo, como curiosidad.

El método utilizado fue el de cruzar las razas bovinas domésticas con mayor apariencia rústica, las cuales se suponía genéticamente más cercas al uro original, para volver a crear una diversidad genética menos afectada por los cambios derivados de la domesticación y luego seleccionar en el grupo resultante los animales que se asemejaban al fenotipo primitivo.

En cuanto a la similitud, el resultado fue sólo parcial. La apariencia física es claramente más rústica o primitiva, pero el tamaño sigue siendo inferior a la de los uros extintos, los cuernos son a menudo mucho más pequeños y el color es frecuentemente más claro. La capacidad de vivir en libertad está bien documentada, y aunque muestra debilidades frente a predadores como los lobos, al menos algunas habilidades de su antecesor están siempre presentes.

A pesar del empeño puesto en la selección durante décadas, siguen presentando una complexión más liviana de la esperada, tamaño menor, cuernos de longitud variable que raramente se aproximan al largo del original, y coloración también inconstante, por lo tanto, no siempre correcta. En el aspecto temperamental los uros recreados se encuentran en una situación aún peor, ya que son incapaces de encontrar alimento suficiente en invierno o defenderse de los depredadores.