Las tormentas de pedrisco y la bajada de temperatura provocan daños en los cultivos

Pocos días después de que la primavera entrara oficialmente en el calendario, parece que el invierno, acompañado de una gran inestabilidad climática, ha vuelto a hacer acto de presencia. A finales de la semana pasada, una borrasca cargada de aire húmedo ha entrado desde el Atlántico y ha dejado precipitaciones abundantes, que han provocado inundaciones sobre todo en algunos puntos del suroeste. A esto se une un desplome de las temperaturas en prácticamente todo el país, aunque más acusado en el norte y en el centro peninsular.

Los diferentes episodios tormentosos con lluvia y pedrisco están afectando sobre todo a la producción de fruta dulce, aunque con mayor o menor afectación en función de la zona y del estado de desarrollo de los cultivos. Los que pueden estar más dañados son la ciruela, el albaricoque, la nectarina y la pera. Además, en algunas zonas productoras también se registran siniestros en uva de vino, cereza o almendro, entre otros. Son varias las comunidades autónomas que han registrado fuertes tormentas, destacando Extremadura, Castilla-La Mancha, Andalucía, Región de Murcia y Cataluña.

La primavera y el verano son estaciones en las que no es de extrañar que ocurran este tipo de eventos meteorológicos, pero cada vez se empiezan producir en fechas más tempranas, ya que marzo nunca ha sido, tradicionalmente, un mes de pedriscos.

Desde que se decretó el estado de alarma, Agroseguro continúa trabajando por procedimientos telemáticos y conserva intacta su capacidad para la atención a los clientes, tanto en la gestión de la contratación como en la tramitación de los siniestros y el pago de las indemnizaciones, habiéndose pagado en estas tres semanas 36 millones de euros. Por ello, de cara a la planificación de las tasaciones es importante que los agricultores remitan los partes de siniestros tan pronto como constaten los daños en sus parcelas.

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