Las cooperativas ganaderas andaluzas piden la defensa del producto nacional

Transcurridas varias semanas desde que se declarara el estado de alarma en España, como consecuencia del coronavirus, los sectores ganaderos ya están sufriendo los efectos del cierre del canal Horeca (hoteles, bares y restaurantes), de las compras más esporádicas por parte de los consumidores y hasta de la crisis económica aparejada al gran drama sanitario actual. Fundamentalmente, las producciones extensivas y de mayor valor añadido, tales como ovino, caprino, vacuno e ibérico, son las que lanzan la voz de alarma al atisbar una crisis que puede superar en gravedad a la de 2008.

En estos momentos, existe exceso de oferta y falta de demanda que en algunos casos, como el caprino y el ibérico, se traduce en paralización total, por ser productos muy enfocados a restauración y de alto valor añadido. El cierre de los canales de hostelería y la contención económica del momento actual han abocado a la parálisis, mantienen cebaderos y bodegas llenas, así como a los sectores sumidos en la incertidumbre.

Entre un 20 y un 30% han descendido las ventas globales de vacuno de carne, perjudicando a las referencias más nobles como solomillos, chuletones y entrecots, mientras ha subido la comercialización de carne picada, hamburguesas y otros elaborados. Así lo explica José Ramón Montoya, representante del sector en la federación de cooperativas. “Los precios se están desplomando en las lonjas”, lamenta y pone ejemplos: entre 50 y 60 euros un ternero pastero de 200 kilos, 0,20 euros el kilo la canal de ternero cebado y hasta 0,50 euros el kilo de vaca desviejada.

Por otra parte, se han cerrado las exportaciones a Marruecos y a Argelia y se han ralentizado en Portugal e Italia, mientras Polonia e Irlanda, la principal competencia, “tratan de colocar sus productos en el mercado nacional en medio de estas turbulencias”, explica José Ramón Montoya, quien opina que el daño al sector será mayor o menor, dependiendo de cuánto se prolongue el estado de alarma y, con él, el cierre del canal Horeca.

El sector ganadero recuerda el papel primordial que la ganadería extensiva cumple en el mantenimiento del entorno, la biodiversidad, así como la sostenibilidad económica, social y medioambiental de los territorios, en los que, como se está comprobando, no son la causa de contaminación como desde ciertos colectivos se achaca malintencionadamente a la actividad. “Definitivamente, la ganadería extensiva cumple una función clave en la vertebración de los entornos rurales que debe valorarse en toda su dimensión, a fin de evitar, por todos los medios, una crisis como la de 2008 que se saldó con pérdida de cabañas ganaderas, cierre de explotaciones y freno al relevo generacional”, señala Cooperativas Agroalimentarias de Andalucía.

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