Inquietud en Zamora por la posible marcha de Leche Gaza de la ciudad

La posible marcha de Leche Gaza de la ciudad de Zamora ha generado ríos de tinta y reacciones en todos los estamentos de la vida pública de la capital. Instituciones, partidos políticos o federaciones vecinales han mostrado sus opiniones al respecto con el objetivo firme de buscar una solución a este enrocado conflicto. La fábrica, por el momento, mantiene su silencio, aunque trabaja sin descanso en posibles soluciones. Opciones que van desde intentar continuar con sus planes en los terrenos que actualmente ocupa hasta comenzar a sondear hipotéticas ubicaciones fuera de la capital, según publica La Opinión de Zamora.

A finales de mayo del año 2016, Leche Gaza anunció su intención de ampliar la fábrica que posee a las afueras de la capital. Una idea que se convirtió en realidad apenas unos días más tarde, cuando la asamblea de socios apoyó la iniciativa de impulsar las nuevas instalaciones para aumentar la capacidad productiva de la central lechera. Gaza presentó sus planes ante el Consistorio: querían incrementar el espacio de la fábrica en 6.500 metros cuadrados, pero necesitaban que les diera luz verde. Ese fue el origen de los problemas. El proceso de aprobación del estudio de detalle para la ampliación de la industria duró prácticamente un año y medio. Demasiado tiempo para los planes de Gaza, en cuyo seno nunca ha sentado nada bien esta demora. Finalmente, en octubre de 2017 se conoció el visto bueno de los técnicos municipales al proyecto.

Con este trámite salvado, el turno saltó de Zamora a Valladolid. A finales del mes de diciembre de 2017 llegó el segundo gran contratiempo para Leche Gaza. El Boletín Oficial de Castilla y León publicaba la resolución acerca de la viabilidad del proyecto y el resultado fue que no era viable. La Confederación Hidrográfica del Duero, organismo dependiente del Gobierno, explicaba en su análisis que debía informar desfavorablemente a la ampliación de la fábrica por encontrarse el sector Almaraz en una zona inundable cada 500 años. En resumen: si Gaza quería construir en este espacio, tendría que presentar un nuevo proyecto porque el existente nunca iba a recibir el visto bueno. Un anuncio que no hizo sino preocupar aún más a los ganaderos, muchos de los cuales habían ampliado ya sus granjas en el momento en que la cooperativa decidió ampliar la fábrica, por lo que ahora veían en peligro sus inversiones.

Desde entonces, la ciudad está preocupada. De todos modos, se espera que la situación se arregle en los despachos en los próximos meses.

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