El abono y la dieta reducen las emisiones de metano y mejoran la productividad bovina

La fertilización del pasto con nitrógeno y el aporte a la dieta del hato de nutrientes seleccionados pueden redundar tanto en la disminución de las emisiones de gases de efecto invernadero, como en un aumento de la productividad y en una mayor eficiencia económica en la cría de ganado bovino de corte en sistemas de pasturas.

Estas constataciones se realizaron en el marco de un estudio realizado por investigadores de la Facultad de Ciencias Agrarias y Veterinarias de la Universidade Estadual Paulista (FCAV-Unesp), en su campus de la localidad de Jaboticabal, en São Paulo, Brasil, en colaboración con colegas de la University of Queensland, en Australia, de la University of Florida, en Estados Unidos, de la unidad de Ganadería Sudeste de Embrapa, la empresa estatal de investigación agropecuaria brasileña, y de Apta, la Agencia de Tecnología de Agronegocios del Estado de São Paulo, en su Polo Regional de Alta Mogiana, según publica la agencia DiCYT.

“El objetivo del proyecto es analizar los impactos de la fertilización nitrogenada y del aporte suplementario estratégico en las emisiones de metano, óxido nitroso y dióxido de carbono, en la productividad del pasto y de los animales y en la eficiencia de la actividad en términos de mejora por hectárea y de utilización de la energía consumida”, dijo Ricardo Andrade Reis, docente de la FCAV-Unesp de Jaboticabal y coordinador del proyecto.

De acuerdo con datos del Ministerio de Agricultura, Ganadería y Abastecimiento de Brasil, el 83,9% de la ganadería del país corresponde a animales bovinos (el 89% de bovinos de corte y un 11% de vacas lecheras). Gran parte de esa hacienda está compuesta por razas cebuínas criadas en sistemas predominantemente extensivos, donde despunta la raza Nelore (el 80%).

Las pasturas constituyen la forma principal de alimentación del ganado bovino en Brasil, debido a su extensión territorial y a las condiciones climáticas favorables.

Sin embargo, se estima que alrededor del 80% de los entre 45 y 50 millones de hectáreas de pasturas de las sabanas del Brasil Central, por ejemplo, exhiben algún grado de degradación, ocasionada en gran medida por la disminución de la fertilidad del suelo, lo cual resulta en una merma acentuada de la capacidad de soportar de las pasturas y del incremento de peso de los animales.

Esta situación ha contribuido para que la ganadería de corte en Brasil exhiba desde hace décadas índices zootécnicos bajos, con ocupación de pasturas equivalentes a un animal por hectárea, y una productividad en el rango de los 100 kilos de peso vivo por hectárea/año.

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