Hace poco más de una semana, el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA) anunciaba a bombo y platillo que se avanzaba de mutuo acuerdo con las comunidades autónomas para lograr un gran pacto de cara a la aplicación de la futura Política Agrícola Común (PAC).

“Es necesario, remarcó el ministro, que todas las partes actúen con responsabilidad, unidad de acción y voluntad de llegar a un gran pacto de Estado por la PAC, que marcará el modelo de agricultura y ganadería de la próxima década. Destacó que esta es una gran oportunidad para conseguir una PAC para todos, con voluntad integradora, para sumar y lograr algo mejor para todos. Apuntó que tenemos las herramientas y la financiación necesaria para que agricultores y ganaderos españoles continúen a la vanguardia, con explotaciones viables, atendiendo las nuevas demandas de la sociedad por una producción medioambientalmente más sostenible”, señaló el organismo internacional.

Así dicho, la verdad es que la música no suena mal. Todos unidos, España será más fuerte para la aplicación de la PAC. Pero a nosotros, los canallas del sábado, a veces nos apetece echar algo de agua al aceite. Está bien decir que todas las comunidades autónomas tienen un plan común, pero en numerosas ocasiones hemos visto que los pactos se rompen porque cada uno tiene sus intereses. Y no olvidemos que lo más importante es lo que llegue de Bruselas, no lo que se piense aquí. Estamos dando muchas vueltas a la nueva PAC. Esperemos que no sea para lamentarse al final…