Hay noticias que leemos en los medios de comunicación que a veces nos obligan a pararnos, respirar profundamente… y darnos cuenta de cuáles son las cosas importantes. Lo que para la mayoría de la población es tan accesible como un vaso de leche… desgraciadamente en otros hogares puede ser difícil de conseguir.

Leíamos la información en el diario Sur: “Casi 22.000 niños requieren la atención del Banco de Alimentos en Málaga por encontrarse en riesgo de exclusión social. No tienen garantizados los derechos más básicos. Un simple vaso de leche, que según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) proporciona a los menores de cinco años el 21% de sus necesidades de proteínas y el 8% de calorías y nutrientes, se convierte para ellos en un producto inaccesible”. La campaña ‘Ningún niño sin bigote’ calcula que en julio y agosto estos niños necesitarán unos 175.000 litros de leche.

Así, se trata de obtener la colaboración de la sociedad para poder abastecer a estos niños necesitados de un producto de primera necesidad como la leche. Un producto que parece accesible, que no tiene por qué serlo para todos… y que sobre todo es un alimento tan completo y tan importante en todas las etapas de la vida de un ser humano.