Un queso de vaca cooperativo que refuerza la esencia de l’Alt Urgell

Hasta principios del siglo XX, l’Alt Urgell y la Cerdanya eran comarcas agrícolas dedicadas principalmente al cultivo de viñedos y cereales, pero la filoxera destruyó el principal recurso agrícola de estas regiones y tuvieron que buscar alternativas. Las vacas sustituyeron a los viñedos y en 1915 se fundó la Cooperativa Cadí, cuyo primer objetivo fue la producción y comercialización de carne de bovino. El incremento de la producción cárnica comportó la aparición de un excedente de leche, que necesitaba una salida, dando como resultado la aparición de las primeras elaboraciones industriales de queso y mantequilla.

Al mismo tiempo, algunos ganaderos de la Cooperativa decidieron importar ganado suizo, que era un buen productor de leche, cruzando los sementales con los ejemplares más lecheros de las razas autóctonas. Entre 1940 y 1960, el queso de Cadí fue el principal tipo que queso comercializado en los grandes núcleos de población de Cataluña, como Barcelona, consiguiendo una gran reputación. En el año 2000 logró el reconocimiento comunitario como Denominación de Origen Protegida (D.O.P.).

La Cooperativa de Cadí fue pionera del sector lechero en España. Su puesta en marcha significó el inicio de un proyecto socioeconómico de reestructuración del sector campesino de la comarca. Y desde entonces, la leche ha llegado a ser su verdadero motor de transformación.

Ahora producen el queso Urgèlia, un queso de vaca tierno y cremoso, esencia del Pirineo.

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