Los productores gaditanos debaten con la administración la nueva normativa de tuberculosis

“A fuego lento” es lo que ha solicitado, en el marco del III Simposio de Sanidad Animal, celebrado esta semana en el edificio CITEA del Parque Tecnológico Agroalimentario de Jerez, Asaja-Cádiz al Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA), para el desarrollo de un futuro Real Decreto que previsiblemente regulará las actuaciones sanitarias en especies cinegéticas y fauna silvestre en relación con la tuberculosis.

Y es que el documento, que está en fase de consulta, ha generado mucho debate entre la Administración central y los profesionales del campo y, mientras los primeros aducen a las presiones que reciben para que salga adelante, los segundos, consideran que es necesaria una mayor consulta y consenso de los que van a ser los verdaderamente afectados por el Real Decreto, incidiendo, el colectivo agrario, en tres puntos a tener en cuenta; la disparidad del territorio español, el sistema productivo de ganado extensivo, la interferencia con todas la administraciones con responsabilidad medioambiental y el importante suplemento económico que supone para las explotaciones la gestión cinegética. Por tanto, Asaja-Cádiz considera que el documento “está muy verde para que salga adelante teniendo en cuenta la cantidad de regulación que supone”.

Al hilo de lo dicho, la asociación ha dejado claro en el simposio que “diferente es el tema de las alertas sanitarias que están en Europa”, respecto a las cuales Asaja-Cádiz está de acuerdo con las declaraciones del ministro de Agricultura, Luis Planas, que ha incidido en que “se tomarán las medidas que sean necesarias”, palabras publicadas en el portal especializado Agroinformación y a las que la asociación añade que “es necesario legislar con la urgencia requerida por el tema”.

En definitiva, los profesionales del campo en esta cuestión de la regulación de las actuaciones sanitarias de las especies cinegéticas, lo que piden, como en otras ocasiones, es que se cocine a fuego lento, como los pucheros de las abuelas para obtener un buen caldo que sea del gusto de la mayoría de los comensales.

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