Las figuras de calidad, garantes del territorio

Las políticas europeas reconocen y protegen las denominaciones de ciertos productos alimenticios, los relacionan con un método de producción o un territorio y les asignan logotipos que los identifican como “productos de calidad alimentaria diferenciada”.

Es el caso de la IGP Ternera Gallega, que avala las carnes procedentes exclusivamente de terneros nacidos, criados y sacrificados en Galicia, entre otros requisitos; o el caso de la IGP Ternasco de Aragón, un cordero nacido en ganaderías aragonesas inscritas en la IGP, alimentados con leche materna y cereales naturales y cuyo peso en canal oscila entre 8 y 12,5 kg, entre otras características.

Pero además de esta labor fundamental de certificación y trazabilidad, los Consejos Reguladores que gestionan estas dos IGP son actores relevantes a la hora de garantizar la sostenibilidad de los territorios vinculados a sus productos, ya que generan un mayor valor añadido para el propio producto y contribuyen a mantener la viabilidad económica de las zonas rurales en las que se producen las carnes que amparan.

Existe constancia de que desde hace más de 3.700 años se produce carne de vacuno en el territorio gallego, por lo que nos encontramos ante un producto de gran tradición e historia, estratégico para la economía gallega e importante dinamizador de las zonas rurales.

El año pasado, el ganado inscrito en la IGP Ternera Gallega aumentó en un 6%, llegando a superar las 133.000 cabezas. Este incremento en el número de animales certificados contribuye a redimensionar las explotaciones y profesionalizar el sector para ser más competitivos y eficientes, además de fijar población en el medio rural gallego.

En este sentido cabe destacar que se encuentran adscritas a la IGP casi 8.300 explotaciones, de las que unas 3.800 están inscritas a nombre de mujeres.

La comercialización de productos cárnicos de las IGP Ternera Gallega y Ternasco de Aragón ayuda no solo a mejorar la viabilidad de las explotaciones, sino a mantener una profesión milenaria, favoreciendo un mundo rural vivo y protegido frente a la despoblación.

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