La sequía de los pastos supone un duro varapalo para la ganadería extensiva

Desde Asaja Huesca se está constatado como la escasez de lluvias ha afectado a la calidad nutritiva de los pastos lo que obliga a suplementar en pesebre. Este sobrecoste es un duro revés para la ganadería extensiva afectada por varias campañas de bajos precios de los animales, recortes en las ayudas compensatorias y altos costes de producción.

La bajada de las cabañas de ovino y vacuno de los puertos de verano a los pastos de otoño se está encontrando con la desagradable realidad de unos pastos afectados por la dura sequía que este año afecta a Aragón.

Estos pastos, en los que el ganado extensivo se alimenta antes de ser recogido en las explotaciones para el paso del invierno, son claves para la sostenibilidad económica de este tipo de explotaciones, pues obtienen una alimentación nutritiva a un precio asequible. La reducción drástica tanto en la cantidad como en la calidad de este pasto obliga al ganadero a suplementar la ración de sus animales con piensos y forrajes, que o bien tiene que comprar o son los que había recogido de sus propios pastos de siega para el paso del invierno. A este consumo prematuro de forraje propio se suma la menor producción que los pastos de siega han dado debido a la sequía. Desde Asaja Huesca se estima una reducción de un 40% en la producción debido a la escasez de lluvias en la primavera.

Además se encuentran grandes dificultades para dar de beber al ganado, por la menor cantidad de agua en los manantiales y porque la mayoría de las parideras no disponen de enganche de agua a la red pública.

Esta situación puede verse agravada en caso de no producirse lluvias en el otoño e invierno, que si bien no solucionarán las afecciones antes mencionadas sí que servirán para que las siembras de los pastos de la próxima primavera nazcan y se desarrollen adecuadamente.

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