Inlac defiende que tomar tres lácteos al día es garantía para las madres gestantes

Cada vez son más claras las evidencias científicas y médicas que muestran la importancia de mantener una dieta equilibrada, en la que no pueden faltar los lácteos, más aún en colectivos como las mujeres durante el período de gestación. Una porción de queso, dos yogu-res y un vaso de leche, por ejemplo, son una forma de darle al organismo el calcio que necesita para su correcto funcionamiento cada día.

La doctora Rosaura Leis, coordinadora de la Unidad de Gastroenterología, Hepatología y Nutrición Pediátrica del Hospital Clínico Universitario de Santiago, líder del GI Nutrición Pediátrica del IDIS y miembro del CiberObn y del Comité Científico de la Interprofesional Láctea (Inlac) subraya que los lácteos son un alimento fundamental de las dietas atlántica y mediterránea, que aporta proteínas, además de importantes grasas, minerales (siendo la principal fuente de calcio) y vitaminas. Respecto a las mujeres embarazadas, la prestigiosa doctora recuerda que la alimentación de la madre afectará al feto, ya que deja una impronta metabólica durante la formación del mismo, determinando la salud y la enfermedad del niño a corto, medio y largo plazo. La mujer gestante, en el marco de una alimentación saludable, deberá tomar al menos tres raciones de lácteos al día –lo ideal serían cuatro-, porque “son un garantía de salud para la madre y para el niño”, ha remarcado Leis.

A la hora de cuantificar el incremento de las necesidades de calcio que necesitan las madres cuando están gestando a sus bebés, los expertos cifran en 1.400 miligramos de este mineral al día. En la leche y los productos lácteos encontramos una forma adecuada, saludable y sabrosa de suplir el calcio necesario. Además, se pueden encontrar de manera muy accesible en los lineales.

Las mujeres durante la gestación, junto con los lactantes, son uno de los colectivos que más calcio diario necesitan. El desarrollo del feto y de toda su estructura ósea eleva la cantidad diaria que es preciso proporcionar al organismo. La madre prioriza las necesidades para el desarrollo del feto frente a las de su propio cuerpo, aportándoles el calcio necesario, aunque para ello tenga que sacrificar sus aportes e incluso movilizar sus depósitos.

“La alimentación de la mujer gestante y lactante y del niño marca de una manera importante la salud de éste durante la infancia, la adolescencia y la edad adulta”, ha advertido la doctora. Además, entre otros beneficios, estudios recientes evidencian que el consumo de lácteos –sea yogur, queso o leche-, producen cambios en el pH de la boca, condicionando una menor incidencia de caries dental, agrega Leis.

Comparte este post