No se trata de leer la cartilla en este Sábado de Gloria. No queremos decir que la gente sea grosera, sino que hace falta más educación en el sentido de estar educados desde el punto de vista agroalimentario. No nos engañemos, una gran parte de la población no sabe distinguir un ibérico de un jamón blanco, ni un tomate de una variedad o de otra. Muchas veces, lo único que se entiende es el precio.

Por eso, los canallas nos tiramos de los pelos cuando vemos que en el bar de la esquina hay hamburguesas de carne de buey a 3 euros… y además te ponen patatas. Lo peor es que habrá muchos que se crean que es buey y que están comiendo un manjar único. Puede que sea vacuno mayor, que tiene un sabor profundo y diferente al de la ternera. Hasta ahí, todos de acuerdo. Pero de ahí a pensar que en España se sacrifican a diario miles de bueyes para abastecer de carne a todo lo que presume de ser buey… va un trecho muy largo. Un trecho infinito.

Por esa razón, nos gustó mucho que en un programa de televisión en horario de máxima audiencia se hablara de esas cosas. De lo que es la carne de buey… y sobre todo de lo que no lo es. Porque los consumidores españoles tienen que estar más educados, tienen que tener más información. Sólo así, estarán dispuestos a pagar algo más y a revalorizar el producto que es realmente de calidad. Con más información, ganamos todos.