Claves para mejorar la alimentación de vacas nodrizas en extensivo

En las vacas de aptitud cárnica se utiliza un sistema de producción extensivo, en el que el animal está en prados, montes o dehesas, alimentándose con los pastos disponibles. El objetivo de este sistema de producción es minimizar los gastos utilizando los recursos forrajeros de la explotación, sin embargo, los pastos son estacionales y nos encontramos con un exceso en primavera pero escasez en verano e invierno. Así arranca un artículo publicado por la Sociedad Cooperativa Agropal en su página web, en la que aconseja a los ganaderos sobre los aspectos más importantes de la alimentación del ganado extensivo.

En las épocas de menor pasto o cuando las necesidades nutricionales de los animales son más altas, si la ración que consume es incapaz de aportar la energía necesaria para mantener el nivel de producción máxima, hay dos alternativas para cubrir estas necesidades: movilización de reservas corporales o aumento de la ingestión.

Las necesidades energéticas y proteicas de las vacas de carne en extensivo son menores que las de producción de leche, y además, las necesidades de mantenimiento en pastoreo son entre un 25-50% superior a las de hembras estabuladas.

Durante los meses de invierno y verano es frecuente que las vacas en pastoreo sufran de malnutrición energética y proteica por la escasez de alimento disponible, dependiendo de la climatología, calidad del forraje y orografía del terreno. Así, cuando coinciden las épocas de peores recursos forrajeros con las máximas necesidades, se debe complementar a las vacas con un forraje de la mejor calidad posible y aproximadamente 2-3 kilos por animal al día de concentrado (tacos, pienso).

Los henos de baja calidad, suelen ser deficitarios en nitrógeno fermentable en el rumen, por lo que cuando usamos éstos es recomendable complementar con nitrógeno no proteico (NNP). El NNP cubre el déficit de proteína del animal, logra un aprovechamiento óptimo del pasto y cubre los requerimientos de proteína degradable ruminal (PDR) de la flora asegurando así una correcta fermentación de los carbohidratos y disponibilidad de energía para los animales. Este nitrógeno no proteico se puede añadir en forma de urea incluida en concentrados especiales.

En las hembras que se encuentran al final de la gestación y principios de la lactación, debemos recordar que tienen grandes necesidades nutricionales, por lo que si aumentan la ingestión de forrajes muy fibrosos y de mala cantidad se puede provocar una impactación de abomaso, que se puede prevenir complementando con alimento concentrado.

En las novillas de reposición, es importante tener en cuenta que un nivel bajo de alimentación retrasa la pubertad, por lo que el uso de concentrados para conseguir adecuadas ganancias diarias de peso es fundamental.

En relación a la proteína es muy importante el uso de pienso con un nivel proteíco adecuado a cada fase de producción (entre 14-16,5% PB) que permita cubrir las necesidades del rumen y del animal.

 

Artículo completo:

http://www.agropalsc.com/servicios_noticias_d.shtml?idboletin=891&idarticulo=138120&idseccion=4430&idioma

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